Polen en las plantas

Polen en las plantas

La primavera la sangre altera, dice la sabiduría popular; de hecho también altera la savia y las flores se ponen a punto para amarse, a veces para amarse a ellas mismas cuando contienen los dos sexos en una misma planta, que es lo más habitual. 

En el mundo vegetal existen plantas monoicas (los dos géneros en una planta), plantas dioicas (dos sexos, uno para cada pie de planta) e incluso hermafroditas o con los dos sexos en una misma planta (menos frecuentes). Sin embargo, en todas ellas se desprende una cosa, el afán por la reproducción, imágenes que nos hablan del amor que se profesan las plantas entre sí o consigo mismas.

¿Qué es el polen?


El término polen deriva del latín Pollen-inis o Pollis-inis, que significa polvo muy fino y flor de la harina, y éste a su vez del griego. Se trata de gránulos muy, muy pequeños, segregados o producidos por las anteras, situadas en el extremo del estigma y que están formados por sólo dos células

El polen es el esperma o germen masculino de la planta, aunque tenga forma habitualmente esférica. A través de unos poros que tiene, cuando llega al pistilo y al ovario de la planta (parte femenina), el polen emite el tubo polínico que se acerca hasta los ovarios para fecundarlos y empezar a crear la semilla.

Una historia de amor


Los humanos hemos decidido que las plantas no tienen sentimientos, ni nada que se parezca a nuestras pulsiones, instintos que consideramos de animales; pero eso puede no ser cierto. Las plantas, igual que nosotros, tienen una reproducción sexuada; el macho (el polen) por no se sabe qué razón exacta tiene una atracción, un magnetismo sexual hacia la parte del género opuesto; el gameto masculino ofrece muchas semillas, que ávidamente se dirigen hacia el pistilo, el cual se muestra receptivo para recibir los gametos ¿Os suena a muy extraño? ¿Creéis que sólo era cosa de animales?

El polen es el esperma o germen masculino de la planta

Pistilo (de color morado) y anteras están íntimamente unidos en una pequeña flor de Erodium cicutarium, la hierba de las cigüeñas. Crecieron juntas, ahora tan sólo han de amarse, pero el polen justo está empezando a producirse. Las anteras (parte terminal del estambre de la flor) de la hierba de las cigüeñas guardan celosamente su tesoro, y por una estrecha abertura empiezan a “poner huevos”, que no son otra cosa que el preciado oro que producen, el polen. Curiosa planta, no necesita de ninguna cigüeña para reproducirse, su polen ya sabe cuál es el camino.

El polen

La mercurial tiene mucho polen, sus pequeños estambres tienen unas anteras cargadas del oro generador, tanto producen que acaban manchando el papel milimetrado del fondo de la fotografía. Esto es posiblemente debido a que es una planta monoica, tiene la flor femenina lejos, y debe dispersar mucho polen para fecundar una sola. flor.

El polen y la creación del ser humano


Los indios navajo llaman al polen hadintin o taadidiin, y lo usan en muchas ceremonias, especialmente las de salud. Cuando se desea tener una buena cosecha de maíz, se mezcla un poco de su polen con harina de maíz. Este polen sagrado se lleva encima para curar enfermedades, o para dar la bienvenida a los recién nacidos.

Los indios navajo nos ofrecen una visión maravillosa, la del camino del polen. El polen es la fuente de la vida, el camino del polen nos dirige al centro de la vida:

«Oh, belleza delante de mí, belleza detrás de mí, belleza a mi derecha y a mi izquierda, belleza por encima, también por debajo; estoy en el camino del polen. En el día de la unidad caminarás en belleza. En belleza esto termina, en belleza esto termina».

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Según el mito de la creación de los indios navajo, el polen sagrado de maíz fue ofrecido al pueblo por la mujer cambiante, la madre de todos. En el principio del mundo, los dioses se reunían y discutían como regir el mundo, bajo los auspicios del dios que habla; sin embargo, hubo un tiempo en que los dioses solo hacían que hablar, pero no decidían nada. La mujer cambiante se alejó y sentándose en un prado lleno de rocío empezó a recoger el polen de las flores.

Volviendo a la reunión, los dioses preguntaron qué hacer a la mujer cambiante, y ésta les obsequió con tres parejas de hombres, el chico y la chica del polen, otra pareja para el maíz, y otra tercera para los insectos del maíz. Ella roció a las seis personas con el polen recogido y de ésta manera el polen se convirtió en sagrado.

«Cuando el creador hizo a los diné (el pueblo), también les dio alimento. Este será vuestro alimento, es muy sagrado; será vuestra oración, hay una oración dentro de él… lo verás crecer. Es maravilloso lo que el creador hizo para nosotros, lo creó todo».

El polenn

el polen de las plantass

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Barlia robertiana, de porte esbelto y aspecto algo desgarbado, es la primera orquídea de la temporada, aunque esto cambia de lugar a lugar. Una orquídea feúcha que en cuanto la desnudamos de los pétalos nos muestra su aparato reproductor, una verdadera maravilla de la naturaleza que nos sorprende con su exótica disposición, como si fuera un trono de un reino imaginario. Nos esconde en el corazón de la flor un ginandrium, un “mujerhombre”, en la parte superior las anteras; y en la parte inferior la parte femenina, que sensualmente atrapa el polen.

Polen de abejas


Es un material en polvo o más frecuentemente granulado recogido por las abejas, y producido por las anteras de las flores; la abeja obrera aporta un componente cohesionador de este polen, por lo que veremos este granulado característico de este material, recogido mediante un dispositivo especial en la entrada del panal, que obliga a estirar las patas donde almacena el polen, y soltarlo hacia un pequeño depósito. Contiene un 50% de polisacáridos, 10-15% de proteínas, vitamina C, aminoácidos, ácidos grasos esenciales, enzimas, carotenoides, cobre, magnesio.

Las enzimas que aporta la abeja son uno de los elementos más revitalizantes del polen de abejas que se consume habitualmente. Se usa en nutrición como estimulante del apetito y del rendimiento atlético, para evitar el envejecimiento prematuro, reumatismo, y en la prevención de problemas alérgicos.

Fuente: Texto de Josep Lluís Berdonces 

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